Ubicado en uno de los pulmones empresariales más importantes de Madrid y junto al parque de La Quinta de Los Molinos, en Ciudad Lineal, Aranda (López de Aranda, 46) es un restaurante consagrado a la cocina de mercado en el que las brasas son las verdaderas protagonistas. Adaptado a la actualidad, tanto en su oferta como en su estética, este espacio se convierte en la primera alternativa gourmet de la zona con horario non stop.
Aranda es el proyecto más personal de Tania Carrasquilla y Daniel Bañón, una comercial de sistemas informáticos que decidió dejar a un lado profesión para embarcarse de lleno en la hostelería y un ex publicista con más de diez años de experiencia en el mundo de la restauración en Triana y ENE50 –dos locales situados en el barrio del Retiro-. Con una idea muy clara de lo que querían conseguir, juntos han apostado por hacer realidad el restaurante de sus sueños. Eligieron un local junto al metro Suances y al parque de La Quinta de Los Molinos, en Ciudad Lineal -uno de los pulmones empresariales de Madrid-, para dar vida a Aranda, un restaurante adaptado a la actualidad tanto en su oferta como en el precio y donde el hacer sentir como en casa es una máxima. En definitiva, un proyecto de vida en común con el que buscan reavivar la hostelería de una zona que hasta ahora no contaba con muchas alternativas.
Así, en un local de techos altos, con una imagen moderna y horario non stop (abarca desde los desayunos hasta los cócteles del afterwork y las primeras copas de la noche), Aranda se convierte en una alternativa de calidad para la gran cantidad de profesionales que salen de la oficina para comer entre diario –cuenta con servicio de aparcacoches de lunes a viernes en horario de comidas– y en el place to be para los vecinos del barrio. Y es que además de apostar por una propuesta de cocina de mercado, los artífices de Aranda también han querido conseguir un espacio de diseño cargado de pequeños detalles. De la mano del estudio de decoración del momento, Madrid in Love, han logrado un espacio dividido en dos zonas -la barra y mesas altas y la sala con mesas bajas- y dotado de gran calidez gracias a los colores neutros de las paredes, cojines y sillas, a los tonos marrones y blancos de las mesas, y a las flores frescas de Sally Hambleton que se disponen en la sala. El resultado final es un espacio muy elegante al que añaden detalles con un toque canalla como los cuadros que presiden la sala. Tres originales escenas que superponen cuadros clásicos con famosas portadas de revistas, obra de Eisen Bernardo, un artista cuyo trabajo encontraron Tania y Daniel por casualidad en internet, contactaron con él y este les cedió su uso.
PRODUCTOS DE TEMPORADA Y CARBÓN
Y en la cocina apuestan por una línea muy clara: elaboraciones sencillas a base de las mejores materias primas de temporada. Aquí se trabajan los productos de temporada y las materias primas más frescas, siempre hay pescado, pero no lo tienen en carta. En las sugerencias cada día cuentan con lo que el pescadero les acerca por la mañana al local y algo parecido ocurre con las carnes: aunque hay cuatro platos disponibles en carta, cuentan con un proveedor que solo elige las mejores piezas atendiendo específicamente sus necesidades.
Productos frescos y de calidad como base de una propuesta que combina los sabores de siempre a través de elaboraciones sencillas en las que el producto es protagonista y las técnicas de vanguardia que aportan un toque innovador a los platos. Y, junto a las materias primas de temporada, en Aranda las brasas son protagonistas indiscutibles. El Josper marca el compás en la cocina: todas las carnes, los pescados y los arroces pasan en algún momento por el horno de carbón para adquirir ese toque distintivo que posiciona a Aranda como un referente en la cocina de la zona.
CARTA EN CONSTANTE EVOLUCIÓN
Así entre las sugerencias del restaurante destacan los mejillones preparados al Josper, el lomito ibérico de bellota de Guijuelo y opciones ligeras como el salteado de quinoa de huerta y corral, el carpaccio de tomate con burratina fresca, miel trufada y coulis de aceitunas negras y el braseado de verduritas de temporada con salsa suave de romescu. Platos que tienen opción de medias raciones y que con el cambio de temporada darán paso a guisos y platos de cuchara. Entre los arroces son imprescindibles el risotto de boletus, trigueros y longaniza y el meloso de carabinero. En el apartado de pescados destacan el pulpo a la brasa, el calamar de potera y el tartar de atún rojo de almadraba con piparras, manzana y huevas de salmón salvaje. También opciones fuera de carta que cambian cada día como el rape o el bacalao. Y en las carnes, el entrecote de vaca vieja con graten de patata y toques de romero, el solomillo con pastel de setas y el secreto confitado con yogurt griego y escalibada de verdura, son algunos de los must. Y en los postres son imprescindibles el tiramisú de la abuela, la mouse de mascarpone con peta zeta y la tarta de queso al horno casera.
BODEGA ACTUAL
Para completar su oferta gastronómica Aranda cuenta con una bodega de la que se encarga Dani personalmente. Una selección de más de 60 referencias nacionales que en el futuro se completarán con otras internacionales componen una carta ordenada por tipo de uva y no por denominaciones, adaptada tanto al bolsillo como a los gustos del público actual, todos ellos están entre 15 y los 25 euros. Entre ellos vinos ecológicos, referencias top y otras difíciles de encontrar.
En definitiva, Aranda nace para ofrecer una alternativa gastronómica y de ocio en el barrio que funciona desde los desayunos hasta las primeras copas de la noche, que cuenta con un menú del día por 14,50 euros, formato de medias raciones, carta de picoteo para la barra y la terraza y una carta de coctelería pensada para el afterwork y las tardes-noches.
