Bodegas Familiares Matarromera y Vodafone se unen en su compromiso contra el cambio climático gracias a un proyecto puntero dentro del sector vinícola, que consolida la apuesta de la compañía por una digitalización que permita impulsar su modelo de economía esférica.
Durante el año 2020, ambas compañías han implementado un proyecto tecnológico basado en el Internet de las Cosas o IoT (por sus siglas en inglés) en Bodega Emina Ribera, situada en Valbuena de Duero, en Valladolid, con el objetivo de mejorar en eficiencia energética, control de costes y prevención de riesgos, al tiempo que le posicionan como una de las empresas vinícolas más sostenibles gracias a esta transformación digital de su modelo de actividad.
Los datos como valor fundamental para optimizar los procesos
Esta tecnología de Internet de las Cosas consiste en instalar sensores conectados a una red en todos aquellos elementos que se quieran controlar y aprovechar toda la información y datos que ofrecen. En este sentido, Vodafone ha desplegado en las instalaciones diferentes soluciones IoT en algunas de las áreas más críticas de Bodega Emina que, a través de sensores, ofrecen información muy precisa y en tiempo real de todo el proceso de fabricación de su vino. De esta forma, todos los datos que se están aportando permiten poder actuar de forma rápida y eficaz en el caso de detectar algún contratiempo o problema relacionado con la producción.
Las principales áreas impactadas en este proyecto son:
Vodafone provee de una única plataforma de gestión de datos – Plataforma IoT de Vodafone- en la que se integra toda la información de esos dispositivos conectados y permite a la Bodega tener un mayor control de todos sus procesos productivos, como el de recogida de la uva o el embotellado, y evitar tanto sobrecostes como impactos en el medio ambiente. Además, los datos recabados ayudan a la empresa a reconsiderar cómo pueden mejorar los procesos en un futuro.
Una economía esférica impulsada por la tecnología
Bodega Emina, situada en un enclave privilegiado de la DO Ribera del Duero, ha destacado siempre en su apuesta por la sostenibilidad. Es el primer centro integral de desarrollo sostenible del sector vinícola, además de la primera empresa española con certificación AENOR que mide su huella de carbono, tanto de sus vinos, como de la propia organización.
Además de utilizar un sistema de autogestión energética con placas solares, caldera de biomasa y depuradora de agua, desde sus inicios ha adoptado las tecnologías necesarias que hacen el proceso de producción del vino más eficiente y sostenible. Gracias a esta eficiencia obtenida en los procesos productivos, se impulsa el modelo de economía esférica de la compañía basado en el valor que ésta aporta a la sociedad, y a su apuesta decidida por la sostenibilidad.
Este modelo productivo crea valor con el mínimo impacto medioambiental y de costes al estar basado en tres pilares: producción circular, diversificación y sostenibilidad. De esta forma, por ejemplo, la línea de cosméticos ESDOR, creada por la compañía se elabora a partir de los restos obtenidos del proceso de producción del vino. Restos que, de otro modo, se habrían perdido.
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