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Cáceres: Toño Pérez y Jose Polo celebran 30 años al frente de Atrio

Los renovadores de la restauración extremeña, celebran los 30 años de vida de Atrio Relais & Châteaux con nuevos proyectos. Entre ellos se encuentra la reciente adquisición de la Casa Palacio de los Paredes-Saavedra, una construcción del siglo XIV en pleno centro del casco histórico de Cáceres que albergará 12 residencias vacacionales de lujo con servicio de mayordomo privado incluido.

Nuevos vinos, nuevos menús y nuevas metas. Con todo esto y mucha ilusión Jose Polo y Toño Perez afrontan el 30º aniversario de Atrio Relais & Châteaux (Plaza de San Mateo, 1. Cáceres) r, una casa viva que continúa evolucionando y creciendo con un objetivo claro: convertir a Cáceres en una referencia para el turismo más exclusivo a nivel mundial. Para ello, además de las innovaciones en la cocina y de nuevas referencias vinícolas (que vienen a engrosar la que está considerada como una de las mejores bodegas de España y de Europa), sus propietarios han anunciado que acaban de adquirir una casa palacio en el centro amurallado con vistas a ampliar el hotel con entre 10 y 12 residencias de lujo. “Queremos cambiar la ciudad a través de la gastronomía, del servicio y de la cultura”, aseguran quienes también han sido los impulsores de la donación que la reputada galerista Helga de Alvear ha hecho recientemente a la ciudad de Cáceres de toda su colección privada. Una colección que supera las 4.000 piezas y que constituye una de las más importantes y completas de arte moderno en nuestro país.

REVOLUCIÓN EN CÁCERES

Atrio nacía hace 30 años en Cáceres de la inquietud de dos amantes de la buena mesa por crear un restaurante del estilo de los que a ellos les gustaba visitar. Jose Polo se ocupaba de escoger los vinos (“al principio comprábamos los que veíamos en las revistas”, recuerda) mientras Toño Perez se iba haciendo fuerte en la cocina. Para ello durante los primeros años no dejó de viajar y realizar stages en diversos restaurantes como Arzak, el Bullí, el madrileño Jockey o Jean Pierre Bruneau, en Bruselas, donde adquirió las bases para desarrollar su propio estilo. Un estilo que aúna el humor, la creatividad y un punto de sensata locura con un respeto casi reverencial por el producto y los sabores.

Desde la antigua ubicación del restaurante, en el número 22 de la avenida de España, Jose y Toño revolucionaron los códigos culinarios de la ciudad introduciendo no solo las nuevas técnicas de vanguardia sino también un nivel de excelencia en la sala hasta entonces poco habitual en la región gracias al cual consiguieron situar a Cáceres en el mapa gastronómico mundial. Hoy, ya en su nuevo emplazamiento, en plena plaza de San Mateo, continúan innovando, evolucionando y demostrando que el lujo no siempre es palpable.

MÁXIMA CALIDAD AL DESNUDO

La evolución que ha vivido la casa en estos 30 años se hace patente nada más cruzar el umbral de su puerta. Las maderas, los entelados rojos, las vajillas de Limoges y los retratos antiguos que vestían el restaurante primigenio han dado paso a una sala limpia, luminosa, con cuadros originales de Candida Höfer o Georg Baselitz y en cuyas mesas, de mullidos manteles blancos, reposan platos de la mejor porcelana al natural (sin barniz). Una vajilla que representa lo que hoy en día es la cocina de Toño: máxima calidad al desnudo.

MENÚ DEGUSTACION 2017

El nuevo menú degustación hace gala de esa cocina sincera, madura, reflexiva y despojada de toda floritura, de esa búsqueda de la pureza del sabor y del gusto del cocinero por mezclar productos del mar añorado en Extremadura con el cerdo ibérico que nace en sus dehesas. En él destacan platos como la ostra a la parrilla con vermú, el bao de tinta de calamar y guiso de cerdo ibérico (un guiño al finger food) o la empanadilla de taro (un tubérculo crujiente pero nada graso y sin gluten) rellena del clásico guiso extremeño de tomate y comino pero aderezado con un irreverente toque de curry que hace de éste uno de los mejores platos de esta temporada. También sobresalen el ceviche sólido con su ritual para potenciar el sabor, el carabinero en tres servicios y el atún, que se sirve con un finísimo velo de papada ibérica que se funde en contacto con el pescado desvelando la calidad de un animal que solo ha comido bellotas. Además de la degustación hay un menú con los platos de siempre entre los que se incluyen la cigala con careta (un clásico por el que no pasa el tiempo) o las gambas marinadas.

BODEGA EN CRECIMIENTO

A la experiencia gastronómica se suman esta temporada nuevos vinos y nuevas verticales que ampliarán en unas 1.000 más las 3.400 referencias con que cuenta actualmente la bodega de Atrio. Una bodega que está considerada como una de las mejores del mundo, galardonada con el Grand Award de la prestigiosa publicación norteamericana Wine Spectator desde 2003 (año en que se convirtió en la primera bodega española en ostentar esta distinción) hasta la actualidad. “Hemos reforzado zonas que teníamos más descuidadas como Italia o el Nuevo Mundo (Australia, Chile Nueva Zelanda, Argentina y Napa Valley) aunque sin dejar de lado los grandes Crus de Borgoña y nuevas verticales de vinos de Burdeos”, explica José Luis Paniagua, sumiller que atesora una colección en la que las verticales de Chateau Latour, Chateau Margaux, Romanee Conti o Chateau d´Yquem siguen siendo las estrellas.

AHONDANDO EL ARTE DE RECIBIR

Pero Atrio, un hotel que pertenece a la exclusiva familia de Relais & Châteaux, es mucho más que una magnifica cocina y una bodega única en el planeta; es un espacio de sensaciones y de detalles donde todo, desde la arquitectura, la luz, los colchones y las amenities de la habitaciones, los cuadros que coronan cada estancia (entre los que se encuentran obras de Warhol, Saura, Tapies o Thomas Ruff que “te ven dormir”) hasta, por su puesto el servicio, arropa y cautiva a quien lo visita. Y es que “más que recibir, en Atrio acogemos”, asegura su directora Carmina Márquez.

Así, con el fin de “ahondar aún más en esa filosofía de recibir, mirar y agasajar”, sus propietarios abrirán en un futuro a medio plazo entre 10-12 suites de puro lujo que tendrán, para empezar, servicio de mayordomo personal. Para ello han adquirido la Casa Palacio de los Paredes-Saavedra, ubicada a apenas 20 metros del hotel y construida entre finales del siglo XIV con elementos de estilo mudéjar, gótico y renacentista. Con una superficie sobre plano de 570 metros cuadrados y tres plantas de altura, la restauración del edificio, han avanzado, correrá a cargo de Turón y Mansilla. El mismo estudio responsable de Atrio Relais & Châteaux cuyo diseño fue Premio FAD de Arquitectura en 2011.

CÁCERES, EPICENTRO DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN NUESTRO PAÍS

Jose Polo y Toño Pérez son además unos confesos enamorados y coleccionistas de arte contemporáneo. Su relación personal con la afamada galerista de origen alemán Helga de Alvear ha sido clave de la reciente donación de toda su colección privada que ésta acaba de hacer a la ciudad de Cáceres. Se trata de una colección que supera las 3.000 piezas y que constituye una de las mayores y más importantes de nuestro país en lo que arte contemporáneo se refiere. Esta donación conllevará la ampliación del Centro de Artes Visuales Helga de Alvear a 8.000 cuadrados, un proyecto firmado también por el arquitecto Emilio Turón que verá la luz en 2018. “Regalamos cultura”, afirma la galerista, clienta habitual de Atrio y amiga de esta casa viva y en continua evolución que cumple 30 años y va a por otros 30 más.

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