La Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (Fivin) ha dado a conocer diez razones poderosas para beber vino, siempre con moderación. Este es el decálogo.
PROTECTOR ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
El consumo moderado de vino tiene una incidencia en la reducción de las enfermedades cardiovasculares y arterosclerosis. Uno de los mecanismos implicados en este efecto protector consiste en el aumento de las lipoproteinas de alta densidad, inhibiendo la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad y la
agregación plaquetaria y su efecto antioxidante.
VINO Y APARATO DIGESTIVO
El vino actúa de bactericida y excitosecretor de la saliva por el alcohol, actuando de coagulador de las proteínas y lubricante del bol alimenticio, facilitando la masticación, destruyendo los componentes saburrales, ayudando a una mejor digestión y beneficioso para problemas de halitosis, faringitis crónica, estómago caído, úlceras, diarreas y estreñimiento.
ANTIOXIDANTE
El vino, por sus componentes antioxidantes como es el resveratrol, induce la activación de las MAP cinasas, implicadas en la expresión de los genes reguladores de la transmisión de la señal celular en las neuronas, previniendo y beneficiando en el envejecimiento cerebral y las posibilidades de sufrir Alzheimer. El consumo moderado de vino ayuda a proteger al organismo de las enfermedades
provocadas por el daño oxidativo.
ANTICANCERÍGENO
El resveratrol que contiene el vino tiene un potente efecto anticancerígeno y frena la progresión tumoral. Un consumo moderado y constante de vino reduce la aparición de tumores en un 94% induciendo así una protección ante el cáncer. Inhibe las fases de proliferación de las células cancerígenas. La acción inhibidora del resveratrol se produce sobre el estado de iniciación, el de promoción y el de la
progresión de las células tumorales.
ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS
Otro beneficio que aporta el vino sobre la salud, es que contribuye a mantener viva la memoria. Un consumo moderado de vino mejora la función cognitiva y previene enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Además, el vino tinto ayuda a suprimir las alteraciones en el hipocampo (área de la corteza cerebral), por lo cual mejora los problemas de memoria, de aprendizaje y las alteraciones en el
estado de ánimo, y en consecuencia, reducir la angustia, la ansiedad y la posibilidad de sufrir depresiones.
BACTERICIDA
Los taninos y antocianos que contiene el vino actúan de bactericidas, y son capaces de inhibir diferentes bacterias causantes de infecciones. Los virus son agentes infecciosos y están formados por ácidos y rodeados de una cubierta proteica. El vino por su afinidad con las proteínas y su contacto con el virus hace
que pierdan virulencia y no se fijen en las células sanas.
ANTIINFLAMATORIO Y TONIFICANTE NATURAL
El vino es un antiinflamatorio natural. El resveratrol que contiene reduce el edema en sus distintas fases. El vino por su contenido de vitamina B y minerales actúa como tonificante.
ANTIHISTAMÍNICO NATURAL
El vino contiene procianidina, una sustancia del grupo de los taninos que evita la formación de la histamina, la sustancia responsable de las reacciones alérgicas. Un consumo moderado de vino es beneficioso para las personas alérgicas.
VINO Y DIABÉTICOS
Un vino correctamente vinificado no contiene productos glucídicos asimilables por el hombre y por lo tanto, no produce ninguna alteración sobre el equilibrio metabólico de un paciente diabético, tanto sea tratado con medicación oral como con insulina.
VINO Y CULTURA MEDITERRÁNEA
El vino es un alimento que forma parte de la cultura tradicional de los países mediterráneos. Porque es importante transmitir la cultura del vino en el entorno familiar y social, de forma que se aprenda a consumirlo de manera moderada y responsable. El vino está hecho para acompañar las comidas, y una buena comida, para que la acompañe un vino.