Sentido del gusto: un sabor único
Como postre, como guarnición, en ensalada, batidos, zumos, helados o al natural. Frías o calientes, solas o acompañadas con otros ingredientes. Sea cual sea la forma de preparación, esta fruta conserva un sabor único para utilizar en la cocina y ofrece multitud de posibilidades culinarias.
El sabor de la fresa es tan agradable al gusto que sirve constantemente como fuente de inspiración para la elaboración de multitud de productos: pasta dentífrica, enjuagues bucales, jarabes y medicamentos infantiles, chicles y gominolas.
Si optas por comerlas al natural, te enseñamos el truco japonés para aprovechar todo su sabor. Normalmente comemos las fresas cogiéndolas del pedúnculo (las hojas) de modo que la punta de la fresa llegue primero a nuestra boca. Pues bien, según un agricultor japonés las fresas deberían comerse al contrario de como lo hacemos. Según este experto, la parte de la fresa con más sabor y mayor concentración de azúcar es la punta y los receptores de sabor encargados del dulce están también en la punta de la lengua. Si quitamos el pedúnculo y nos introducimos la fresa por esa parte, nos aseguramos que, al morderla, la punta del fruto quede sobre la punta de nuestra lengua, con lo que se potenciará el sabor. Eso siempre y cuando la fresa no sea demasiado grande y podamos comerla de un solo bocado.
Sentido del olfato: un aroma embriagador
Está demostrado que el aroma tiene una importancia capital en el consumidor a la hora de elegir el producto. La fresa en sí misma desprende un olor inconfundible que invita a saborear (y a comprar) el producto, es por ello, que los expertos en marketing olfativo han ideado numerosos artículos con olor a fresa. Así encontramos colonias, pintalabios, vaselinas, geles y cremas de baño, ambientadores, velas e, incluso, zapatos.
Sentido de la vista: la fruta ideal para celebraciones
La fresa es un tipo de fruta que resulta visualmente atractiva a la vista. Su brillante tonalidad rojiza y sus miles de formas caprichosas, que a veces recuerdan incluso a un corazón, hacen de ella un alimento cautivador. Es por ello que se utiliza para muchas celebraciones, tanto para decorar la mesa como para preparar fascinantes brochetas o extraordinarios postres con los que sorprender a los comensales más exigentes.
Sentido del tacto: una textura perfecta para trabajar
La textura de las fresas resulta ideal para trabajar y hacer con ellas platos muy versátiles. Su carnosidad posibilita, por ejemplo, su uso como cuenco, de modo que se puedan rellenar con ingredientes tanto dulces como salados. También, su tersura la hace idónea para ensartarla en brochetas. Además, si las fresas están algo pasadas, se pueden aprovechar para hacer mermeladas y batidos de frutas, perderán vistosidad pero ni un ápice de sabor.
Sentido del oído: un sonido que invita a comer
Si el sonido de una persona mordiendo una manzana resulta inconfundible, no es menos el que se produce al comer una fresa. Aquellas que se encuentran en su perfecto punto de maduración presentan una tersura que al comerla produce una sensación no solo al paladar, sino también al oído. Y es que el sonido influye sobre la percepción del sabor y de la frescura del alimento. Además, puede asociarse a otros sentidos hasta el punto de provocar lo que se conoce como sinestesias, es decir, oír colores, olores o sabores.
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