Los paparajotes, postre típicamente murciano, fue elegido el pasado verano como una de las 7 Maravillas Gastronómicas de España, junto al jamón ibérico o el pulpo a la gallega, entre otros. El restaurante El Caldero y la Taberna El Caldero, ambos de gastronomía murciana en Madrid, sirven este postre icónico y acaso todavía no conocido suficientemente en una versión propia.
Las papas arrugadas canarias, el pulpo a la gallega, el jamón ibérico, la tortilla de patatas, la paella valenciana, la quesada pasiega cántabra y los paparajotes murcianos son las 7 Maravillas Gastronómicas de España, según una encuesta en Internet que registró más de 70.000 votos. Esta iniciativa tenía por objetivo promover la candidatura española a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Se trató de buscar “los 7 platos más representativos de la rica y diversa gastronomía española”, como asegura su promotora, Allianz Global Assistance. Y uno de los elegidos es el postre icónico de la gastronomía murciana, los paparajotes.
El postre más famoso de Murcia
Se trata de una hoja de limonero rebozada que, a pesar de la sencillez en la elaboración, en cada rincón se prepara con algún toque distinto. En el restaurante El Caldero (c/ Huertas, 15) y la Taberna El Caldero (Travesía de Téllez, 2), ambos restaurantes murcianos en Madrid, lo preparan de la misma forma desde hace algunos años. Para preparar unas 24 hojas (ración para 8 personas), se cuece 1 litro de leche, 200 gramos de azúcar y 50 gramos de canela. En un bol aparte, se baten 10 huevos, ralladura de un limón, ralladura de una naranja y se mezcla el resultado con la cocción anterior. A esa mezcla se añade despacio, sin dejar de remover, unos 800 gramos de harina y un sobre de levadura. Se deja reposar la masa durante unas 5 horas y a la hora de freír, con el aceite a unos 180ºC se mojan las hojas del limonero en la masa y se echan a la sartén. Opcionalmente se puede espolvorear por encima azúcar glass. A la hora de servir, los camareros de El Caldero añaden un licor triple seco (de base cítrica) que flambean delante del comensal y sirven junto a una bola de helado de limón.