Corría el año 1931 cuando Cruz Bravo estableció su propia tienda en la calle Ayala, 24. Años antes había llegado a Madrid, donde trabajó desde los 14 años como aprendiz en una tienda de ultramarinos. Esa experiencia le sirvió para ir fraguando el concepto que noventa años después sigue estando vigente en Mantequerías Bravo: productos de la mejor calidad y atención personalizada, dos pilares de trabajo que hoy Elena Bravo -tercera generación, en la imagen- continúa desde que comenzase su gestión en 2019.
Es fácil encontrar curiosos asomados a sus escaparates únicos, ventanas de una fachada de madera de caoba que es un icono del comercio tradicional en la ciudad de Madrid. Durante décadas familias completas, ejecutivos, paseantes, vecinos del barrio, turistas y amantes de los productos gastronómicos han disfrutado de sus estanterías llenas de conservas, pastas artesanas, panes y galletas de importación y dulces regionales, aceites de variedades desconocidas, salsas y mermeladas inglesas, setas y platos de cucharas listos para comer….
En Mantequerías Bravo se ha apostado siempre por producciones controladas de calidad excelente, como el foie gras francés que importan de un pequeño productor y las conservas de edición limitada. La trufa también tiene su particular protagonismo: La tienda recibe trufa blanca y negra fresca directamente del Piamonte por avión al día siguiente de su recogida. Además hay una amplia selección de producto elaborado con este hongo de lujo, como pastas, queso Pecorino, Gouda o Manchego; miel, crema de alcachofas, mantequilla o sal; aceite, aceto balsámico, esferificaciones o crema de queso. Destacan también el caviar de importación y español (incluyendo el caviar ecológico), el exquisito salmón ahumado cortado a cuchillo; o el trabajo que los dos maestros cortadores de jamón realizan desde la elegante isleta que se encuentra en el centro de la tienda. Cinco Jotas, Joselito, Juan Pedro Domecq, Arturo Sánchez y Maldonado saben diferente cuando se cortan en Mantequerías Bravo.
Los quesos también ocupan su particular espacio con una amplia variedad nacional que incluye al premiado Dehesa de los Llanos. El café en Mantequerías Bravo puede comprarse recién molido y envasado al vacío si así se desea (Colombia, Costa Rica, Etiopía, Brasil, Jamaica). En el apartado dulce, todo tipo de chocolates.
Apoteosis en Navidad
Merece especial mención la Navidad en Mantequerías Bravo. Con actividad constante durante el mes de diciembre, es conocida por sus famosas cestas gourmet
personalizadas y sus más de 40 referencias de panettone italianos, donde pueden encontrarse algunos de hasta 10 kilos de peso.
Miles de referencias y noventa años seleccionando vinos convierten a Mantequerías Bravo en uno de los establecimientos con las mayores colecciones de nuestro país. Ya en las décadas de los 70 y 80 decidieron apostar por vinos de lujo y las Denominaciones de Origen que empezaban a surgir. Aquí puede encontrarse una selección única de Vega Sicilia y botellas de gran formato de las mejores bodegas (hasta 27 litros). Desde etiquetas clásicas -las de siempre- y la presencia permanente de las creaciones de algunos de los mejores enólogos como Álvaro Palacios, Gonzalo Iturriaga, los hermanos Eguren, Mariano García, Fernando Remírez de Ganuza, Raúl Pérez, Peter Sisseck y Telmo Rodríguez.
Masterclass vía streaming
En este año en el que celebran su 90 aniversario, todos ellos han accedido a compartir sus experiencias en el mundo del vino con los clientes de la tienda. Así, Mantequerías Bravo ofrecerá todas las semanas -desde abril hasta finales de año- una masterclass vía streaming y totalmente gratuita con cada uno de ellos en la que catarán algunos de sus vinos.
La primera de ellas tendrá lugar el próximo día 8 de abril a las 20,40 horas con Peter Sisseck (Pingus). La idea de estos encuentros con tan importantes enólogos parte de Elena Bravo. “Nuestro negocio ha estado siempre orientado a proporcionar no solamente el mejor producto, sino también la mejor atención al cliente. No concebimos el uno sin el otro. Por eso, queríamos que en un año tan significativo, y pese a las circunstancias que vivimos por el Covid, pudiésemos acercar nuestra pasión por nuestro producto a todos nuestros clientes y amigos, y qué mejor que hacerlo precisamente con algunos de los personajes más destacados del mundo del vino. Es un orgullo poder continuar el legado que inició mi abuelo en 1931; una responsabilidad que afronto con gran ilusión”.