Este año y coincidiendo con el 100 aniversario de Montesquius (1918-2018) se lanzan al mercado dos joyas enológicas. Dos cavas exclusivos Montesquius Blanc de Blancs 2015 (blanco) y Montesquius Rosé Doré 2015 (rosado), ambos de edición limitada, de larga crianza (Gran Reserva – más de 36 meses en lías) y Brut Nature (sin adición de azúcar).
Montesquius Blanc de Blancs 2015, (4.775 botellas), ha sido elaborado con Xarel·lo 75% (Viña Cuquet – plantada entre 1950 y 1955) y Macabeu 25% (plantada entre 1958 y 1963) de dos grandes viñedos de l’Arboç (Bajo Penedés); es Mediterráneo en estado puro. Criado durante más de 36 meses sobre lías es un cava generoso, que sorprende por su mineralidad y delicadeza al mismo tiempo. Tiene un delicioso color dorado en el que destacan en nariz las fragancias de flores blancas y cítricos, tomando una especial relevancia el jengibre. En boca, pan tostado y bizcochos, con una burbuja fina y cremosa que se deshace en la boca.
Montesquius Rosé Doré 2015, es una edición mucho más exclusiva de sólo 1.980 botellas; otro Gran Reserva sin dosaje de azúcar (Brut Nature) con un maravilloso color rosa coralino dorado (de ahí su nombre); tan sutil que nadie identifica con cava rosado a simple vista. Procede de dos magníficos viñedos, la viña Verger, en l’Arboç y la viña Nin, en Lavern; este vino engloba lo mejor del Alto y el Bajo Penedés. Es la maestría del equilibrio entre dos grandes variedades la Pinot Noir (87%) y la Chardonnay (13%). Su estilo es elegante, afrancesado, posiblemente el mejor cava rosado de España en su categoría. Delicado, cremoso, de elegante burbuja y muy sutil, tiene notas finas de frambuesa, moras silvestres deshidratadas, claveles, frutos secos y brioche, con un matiz ligeramente ahumado muy personal. En la boca crea un deleite de complejidad y de refinamiento absoluto. Ambos se recomiendan servirlos en copa Chianti.
Su ideólogo o maestro ensamblador es Manel M. Fernández, un enólogo sencillo y paciente con los tiempos, con paladar sublime y elegante, y que lleva toda su vida dedicada a la elaboración de cavas de calidad con añada o vintage. Manel no tiene prisa, por ello en la bodega se pueden encontrar aún cavas sin realizar el degüelle, en lías de más de 20 o 30 años, esperando el momento de poder expresarse.
En la capital del cava
Fundada en 1918 en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), localidad ubicada en la comarca del Alto Penedés, zona conocida mundialmente por sus vinos y cuna de la D.O. Cava, por su calidad y singularidad.
Fue la familia Santacana, una de las de más raigambre de la comarca, la que inició su andadura en el interesante mundo del vino. Sus productos alcanzaron notoria fama y allá por los años 60, al despertar el interés del público por el Cava, se consolidó como una de las firmas mejor valoradas del sector.
El 8 de octubre de 1992 se inaugura la ampliación más importante y completa de la bodega, consiguiendo una extraordinaria combinación entre tradición y arquitectura. Durante este período nace una nueva filosofía, un nuevo proyecto, que cree firmemente en una viticultura exigente, artesana y respetuosa, comprometida profundamente con su entorno y naturaleza; que se esfuerza día a día por conseguir vinos excelentes aplicando buenas prácticas enológicas y demostrando una gran maestría en sus ensamblajes.
100 cosechas unidas al tiempo y la paciencia, hace que expertos y consumidores consideren Montesquius como “posiblemente, una de las mejores bodegas elaboradoras del mundo”, que convence y fideliza a un mercado cada vez más exigente.
Además de diferentes estilos de cavas de largos envejecimientos, la bodega elabora tres vinos: un blanco, un rosado y un tinto muy frutados llamados “Nature Lovers” como expresión de su naturaleza en el terruño.