Los ganadores de este año recogieron sus galardones en el transcurso de una gala celebrada en Aranda de Duero. El bodeguero Ismael Arroyo, pionero de la DO Ribera, recibió a título póstumo el Premio Envero de Honor.
Los Premios Envero se reafirman como un evento enocultural y turístico. Así lo aseguró la concejala de Promoción, Turismo e Innovación del Ayuntamiento de Aranda de Duero, Celia Bombín, en el transcurso de la gala de entrega de los galardones a las bodegas ganadoras.
Su departamento lleva 21 años organizando este concurso y los cinco últimos ha elegido el formato de cata multitudinaria popular, con el objeto de dar la oportunidad al consumidor y al aficionado al vino de opinar y calificar a los vinos de la Ribera del Duero que se presentan al certamen.
Este año el concurso completó los 1.000 catadores en un tiempo récord: cinco días. Para ellos y sus acompañantes se organiza todo un programa de actividades turísticas: recorridos guiados por las bodegas subterráneas, visitas al patrimonio artístico y cultural, museos… Además, se organiza un festival de música y vino en la Plaza Mayor de Aranda durante todo el día y se ofrecen multitud de servicios: guardería, transporte gratuito, visitas guiadas, precios especiales en hoteles y restaurantes, etc.
“Ya no es sólo un concurso de vinos, es un producto turístico integral que apoya además otras iniciativas en la Ribera del Duero”, aseguró Celia Bombín. Las encuestas de satisfacción dan unos resultados muy positivos, pues el 93% de los participantes en la cata “Mil siempre aciertan” califican la experiencia de muy buena o excelente.
La gala de los Premios Envero tuvo su parte más emotiva con la concesión del Premio Envero de Honor a título póstumo a Ismael Arroyo Arroyo, fundador de Bodegas Ismael Arroyo en 1979 y cofundador de la Denominación de Origen Ribera del Duero en 1982.
Ismael, un castellano reflexivo y trabajador, hijo y nieto de viticultores, falleció el pasado mes de marzo a los 88 años de edad. El Ayuntamiento de Aranda acordó el 4 de mayo premiar su trayectoria profesional como viticultor y bodeguero defensor de su tierra. En su nombre recogió el reconocimiento uno de los hijos, Ramón Arroyo, quien destacó su carácter emprendedor, pues siendo aún muy joven compró el primer tractor y la primera cosechadora que hubo en Sotillo y posteriormente decidió crear una bodega embotelladora en 1979, cuando en la comarca se apostaba más por el cereal que por la viña.
“También nos llena de orgullo que formara parte del pequeño grupo de fundadores de la DO Ribera del Duero. Y que fuera pionero en el enoturismo, pues en los años 80 recibíamos ya las primeras visitas a nuestra bodega subterránea del siglo XVI. Nuestra ilusión es que nuevas generaciones continúen con el legado que ha dejado nuestro padre”, señaló Ramón Arroyo. Junto a él estaban los otros cuatro hijos de Ismael: Miguel Ángel, Maria Luisa, Pilar y Concepción, así como su nieta, Susana Arroyo, que recientemente se ha incorporado al negocio familiar.
Durante la gala se hizo entrega también de los Premios Envero a las bodegas ganadoras este 2018:
- Bodegas Tamaral, en la categoría de rosados, con Tamaral 2017
- Bodegas y Viñedos Martín Berdugo en la categoría de tinto joven con Martín Berdugo 2017
- Bodegas Veganzones en la categoría joven roble con Altitud Tierra Arcillosa 2016
- Bodegas y Viñedos Recoletas en la categoría ciranza con Lilium 2015
- Bodegas Arrocal en la categoría reserva con Arrocal Selección 2013
- Bodegas y Viñedos Recoletas en la categoría alta expresión con Amaró de Recoletas 2015
Al evento, que se llevó a cabo en la casa palacio de los Berdugo, un edificio nobiliario del siglo XV ubicado en el centro de Aranda de Duero, asistieron representantes de la Junta de Castilla y León y Diputación Provincial, de las asociaciones empresariales, el Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, la Ruta del Vino Ribera del Duero, bodegueros de la DO Ribera del Duero, presidentes de mesa de la cata-concurso y medios de comunicación.
Tras los discursos se procedió a degustar los vinos ganadores mientras se disfrutaba de una velada musical con el dúo de guitarras Marco R. Wagner y Sergio Fulqueris.