El viaje de la diversidad por zonas, variedades y estilos propuesto por la Asociación de Bodegas Familiares de Rioja con la celebración el pasado lunes 9 de marzo de la cata ‘Rioja al Desnudo’ despertó un extraordinario interés entre los profesionales de la distribución y de la hostelería del norte del país, que llenaron hasta en cuatro sesiones la sala de catas.
Doscientos cincuenta profesionales conocieron otra Rioja, en una propuesta inédita hasta la fecha que,
agrupada por veinte catas temáticas, permitió a sumilleres, propietarios de restaurantes, distribuidores y
prescriptores conocer, a su aire y a propia demanda, lo que está sucediendo entre las pequeñas y
medianas bodegas de la principal denominación de origen del país.
En este sentido, se programaron veinte catas agrupadas por diferentes comarcas (Tempranillos de La
Rioja Alta, del Iregua y el Leza; Garnachas del Najerilla, de La Rioja Baja o de los Obarenes y la
Sonsierra…), municipios (vinos de pueblo) y viñedos singulares (la nueva categoría de vinos ‘top’ de la
DOCa); por variedades minoritarias (Graciano, Mazuelo, Maturana tinta, Tempranillo blanco…) y por
estilos de elaboración (maceración carbónica, reserva, gran reserva, vinos en ánfora y hormigón, vinos
ecológicos…), que los profesionales podían elegir por números, según su propio criterio, con el apoyo
documental de un completo libro con información de cada una de las propuestas y de los vinos y bodegas
de las mismas.
Un reto organizativo, solventado con nota y por un gran equipo de sumilleres, con el que las Bodegas
Familiares pretendían ‘desnudar’ la región vitícola. En total, se pudieron degustar 106 vinos de 36
pequeñas y medianas bodegas de Rioja en cuatro sesiones de cata, mientras que los bodegueros
atendieron a los profesionales en expositores individuales en los vestíbulos del Riojafórum: “Hemos tenido varios restaurantes con estrellas Michelin de todo el norte del país, profesionales de Barcelona, Tarragona, País Vasco, Burgos, Navarra, Zaragoza… y, por supuesto, la mejor hostelería local”, explica Ana Jiménez, coordinadora de la asociación. “Nos han agradecido que les dejáramos catar a su aire, con la tranquilidad además que ofrece el escenario del Palacio de Congresos Riojafórum, y, sobre todo, les hemos sorprendido con la extraordinaria diversidad y movimiento que hay en Rioja en estos momentos entre las bodegas familiares”.
La jornada se acompañó además, ya por la tarde-noche, con la XXIII edición de presentación de los vinos de la última cosecha a la sociedad riojana, en la que varios centenares de aficionados pudieron conocer de primera mano el resultado de la vendimia 2019, igualmente por zonas, variedades y estilos de elaboración.
Desde el año 1991
Una veintena de viticultores y pequeñas bodegas de Rioja constituyen en el año 1991 la asociación para defender los intereses del modelo de negocio familiar. Las Bodegas Familiares fueron clave en aquellos años para ocupar un espacio ante los grandes e históricos operadores del sector que nos llevó al Consejo Regulador y al resto de instituciones. En la actualidad, cuenta con cincuenta y cinco asociados distribuidos por todo el ámbito geográfico de la DOCa Rioja.
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