Fue de las primeras bodegas en abrir sus puertas al público, hace treinta años, cuando el enoturismo estaba sólo en sus inicios. Su fundador y presidente, Carlos Moro, siempre ha tenido claro que las visitas a bodegas son un elemento necesario para dar a conocer el buen hacer y, sobre todo, que los visitantes sientan el vino como suyo. Estas dos razones son el alma de la actividad de enoturismo en la mítica bodega.
Manteniendo su espíritu, Esencia Matarromera ha diseñado las exclusivas experiencias ‘Origen’ y ‘Legado’, que no son solo una visita a una Bodega, sino que permiten adentrarse en un lugar privilegiado rodeado de historia, de terruño, de naturaleza, de patrimonio, de prestigio… Y, por supuesto, de vinos de calidad reconocidos a nivel internacional. La Bodega presente ha sido fruto de un largo y cuidado proyecto de transformación para adaptarse al futuro y a las nuevas demandas del enoturista. En este sentido, Esencia Matarromera ha creado nuevos espacios exteriores e interiores como ‘El Jardín Varietal’, ‘La Plaza de la Balconada’ o la ‘Sala de los Insignes’, diseñadas para divulgar el mundo del vino desde un punto de vista lúdico y, por supuesto, con todas las medidas de seguridad indispensables en este tiempo.
Espacios adaptados a las exigencias anti-pandemia
Estos espacios han sido desarrollados en plena pandemia, por lo que las nuevas recomendaciones se han tenido muy en cuenta. Fruto de su apuesta por la innovación y la digitalización, la Bodega pone a disposición de los visitantes su página web específica de enoturismo para facilitar las reservas previas o abonos en el siguiente enlace: https://enoturismo.matarromera.es/
El diseño es otra de las claves de ‘Esencia Matarromera’, donde el objetivo es mantener y transmitir la verdadera identidad de Matarromera con el empleo de materiales como la piedra, el roble o el hormigón. La innovación y diferenciación vienen dadas por los nuevos espacios, nuevos conceptos, mobiliario y decoración, sistemas de iluminación, proyección, sonido…
Como novedad también, en la experiencia ‘Legado Matarromera’, el visitante puede disfrutar de una cata frente al botellero histórico de la bodega, una de las grandes colecciones de la Ribera del Duero. Se trata de un espacio que recupera la historia, conecta el pasado con el presente y garantiza la conservación de un estilo enológico que ha guiado a esta casa durante sus más de 30 años de historia.
El proyecto de enoturismo de ‘Esencia Matarromera’ ha tenido muy en cuenta la posibilidad de acoger eventos de muy variado tipo y de una oferta a la carta para que el visitante diseñe su propia experiencia Matarromera. Se trata de la apuesta más ambiciosa de la historia de la compañía con presencia en seis de las DO’s más importantes de nuestro país.
Para el responsable de comunicación y estrategia de la compañía vitivinícola, Roberto Sanz, “visitar Matarromera no sólo supone una inmersión de primer nivel en una de las bodegas icónicas de nuestro país, es también adentrarse en un entorno paisajístico de enorme belleza donde la naturaleza y el vino se complementan en armonía para ofrecer a los visitantes una experiencia única en espacios llenos de encanto donde saborear la genuina esencia de Matarromera”.
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