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Firma por la sostenibilidad en la DOP Jumilla

Recientemente ha tenido lugar en la sede del CRDOP Jumilla la firma de un convenio de mecenazgo entre la entidad presidida por Silvano García Abellán y la empresa Restauración Sostenible S.L., cuya cabeza es la consultora ambiental María Diago, quien fuera directora general de Cambio Climático y Calidad Ambiental en la Generalitat Valenciana (ambos en la imagen).

Con el protagonismo de la DOP Jumilla en la Guía Gastronómica de Proximidad de la Comunidad Valenciana 2020, se plantea ser exponente de una nueva visión sobre la gastronomía en general y la restauración en particular. “Nos congratula muy especialmente que la DOP Jumilla haya apoyado este proyecto que nace con una vocación genuinamente mediterránea. Creemos, además, que el inicio del mismo por la Comunidad Valenciana puede ayudar –y notablemente- a la visualización de los vinos de Jumilla y a la recuperación, siquiera parcial, de aquella preeminencia que en muchas comarcas valencianas tuvieron los vinos jumillanos. Hay que destacar que la restauración tiene un notable efecto multiplicador sobre otras modalidades de consumo, como el doméstico; una mayor presencia en cantidad y calidad de los vinos de Jumilla en restaurantes como los que esta Guía describe es también una buena estrategia de promoción y venta. Esperemos que así sea”, dice María Diago.

A mediados del pasado siglo, el vino de Jumilla era el vino de mesa más popular de la Comunidad Valenciana, no solo en las comarcas sudalicantinas sino en la propia capital. Diferentes circunstancias y avatares varios hicieron que aquella preeminencia se perdiera en los últimos lustros del siglo XX.

Mientras tanto, en este siglo XXI, los vinos jumillanos han alcanzado una muy alta calidad y una excelente relación calidad/precio. Sin perder sus particulares características y su idiosincrasia tradicional, las bodegas y marcas de esta Denominación de Origen han conseguido que la innovación guíe a sus productos de conformidad a las tendencias y demandas del mercado actual.

 

Proximidad y estacionalidad

Además de evaluar –como hace el resto de las guías- la calidad gastronómica de los platos elaborados, esta guía de proximidad valora otras dos cosas más: la proximidad y estacionalidad de las materias primas utilizadas y la sostenibilidad medioambiental de la propia actividad restauradora. Con estas tres características –proximidad, sostenibilidad y calidad- elabora una puntuación para cada restaurante seleccionado.

Se ha empezado por desarrollar esta metodología en la Comunidad Valenciana con la clara intención de ampliarla en el tiempo (a través de futuras ediciones), como en el espacio, a las distintas comunidades autónomas del usualmente denominado Arco Mediterráneo Ibérico: desde Cataluña y Aragón hasta Murcia y Andalucía oriental. Todos estos territorios tienen una geografía y una historia básicamente común que puede reunirse es una sola palabra: su mediterraneidad.

Dinamización “sostenible” en la DOP Jumilla

Lejos de contemplarse como una restricción al desarrollo, la sostenibilidad es un conjunto de nuevas oportunidades para producir de forma más limpia y respetuosa con el medio ambiente y las personas. Un reto apasionante en el que D.O. Jumilla quiere posicionarse al frente.

Vivimos una edad de oro de la enocultura en la DOP Jumilla y nuestras elaboraciones son sinónimo de calidad, y de una manera especial, nuestros cultivos son ecológicos por naturaleza, dadas las condiciones agroclimáticas, los suelos y barreras montañosas que conforman esta Denominación de Origen Protegida.

“Estos viñedos históricos han sabido adaptarse al cambio climático, y debemos continuar adaptándonos, ya que, si no hubiera viñedos, tendríamos desierto. Debemos saber liderar este fenómeno que es bueno para el sector y para toda la zona”, declaró Silvano García.

La cultura gastronómica de la sociedad, y la gastronomía en particular de cada comarca, deben y pueden protagonizar un papel de primer orden en la senda de la sostenibilidad ambiental. Una de las formas de hacerlo consiste en poner en valor nuestra territorialidad iniciando un camino que fomente el consumo de productos de proximidad, si además fueran de producción ecológica, mucho mejor pues favorece la calidad de los alimentos que ingerimos, fortalece el sector primario y potencia el turismo de calidad. Ayuda al mantenimiento de las variedades locales y a su recuperación, conserva nuestros paisajes y en ultima instancia, mantiene y fortalece nuestra identidad cultural”, explicó María Diago. “Sería necesario redefinir el concepto de producción ecológica, máxime cuando nos encontramos en una situación declarada de cambio climático planetario que nos va a obligar, necesariamente, a revisar los patrones de transporte mundial de bienes y alimentos.

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