La bodega leonesa, que posee viñedos situados sobre terrenos de antiguas minas de oro romanas, propone una innovadora visita que incluye una jornada buscando el metal precioso en el río Jamuz. Impregnarse del paisaje, disfrutar de los vinos de Fuentes del Silencio y visitar la bodega y su colección de objetos romanos completan la divertida experiencia áurea.
Fuentes del Silencio ha creado una nueva experiencia enoturística nunca vista hasta ahora: la de buscar oro en las orillas del río Jamuz provisto de una batea, botas de agua y una vista de ave rapaz para detectar las pepitas en caso de suerte. Una oportunidad de vivir el Valle del Jamuz como auténticos buscadores de oro y disfrutar de una jornada en contacto con la naturaleza, además de probar los vinos de la bodega.
El Valle del Jamuz conserva terrenos con alto contenido en metales y oro, una condición que atrajo hasta aquí a los antiguos romanos para instalar minas que proveyeran al Imperio. Fuentes del Silencio posee
viñedos situados sobre algunos de esos antiguos asentamientos, lo que hace que sus vinos tengan características singulares y únicas precisamente por esa composición, que ha hecho categorizar sus viñedos como “auro terroir”. De ahí que la bodega impulse una experiencia inusual, guiando a los visitantes por los territorios antiguamente habitados por mineros romanos y acercándose hasta el río para buscar pepitas valiéndose de una batea. Solo hay que acercarse a la orilla, escoger un lugar y comenzar la búsqueda de oro, esperando tener un poco de suerte.
En el mejor de los casos, aparecerá el brillante metal, pero si no, la experiencia vivida será inolvidable. Y lo mejor es que después de la búsqueda llega la recompensa en forma de los vinos de Fuentes del Silencio, que se podrán catar en la bodega, donde también se conservan objetos romanos de la
vida cotidiana durante el Imperio en la región. Se trata de una jornada llena de oro y vino pensada para disfrutar en familia o grupos, con la diversión asegurada.
La visita incluye:
• Batea de oro en el río con equipación necesaria si el visitante no posee equipo propio (botas de agua).
• Visita a la parcela histórica de Herreros, La Gándara, de la que procede el vino del mismo nombre.
• Visita a la bodega y cata de vinos acompañada de aperitivo.
El precio por persona es de 70 euros y es necesario reservar con antelación por teléfono (987 868 681 y 682 624 328) o email, escribiendo a [email protected]. La visita tiene una duración aproximada de dos horas y media. Fuentes del Silencio garantiza la higiene y la seguridad de todas las personas que acuden a la bodega, adoptando las medidas necesarias para prevenir contagios por covid-19.
Recuperación de viñas centenarias
Fuentes del Silencio nace en 2013 en el Valle del Jamuz (en el sur de la provincia de León) de la mano de Miguel Ángel Alonso y María José Galera. El proyecto se fundamenta en la recuperación de viñas centenarias, alguna prefiloxéricas, y variedades ancestrales de la región: Mencía, Gran Negro, Alicante Bouschet, Palomino y Doña Blanca. La bodega cuenta con 24 hectáreas repartidas en 120 parcelas situadas a los pies del monte Teleno, plantadas en una conducción tradicional conocida como vaso rastrero, un tipo de poda que requiere un minucioso trabajo en el viñedo por parte del equipo que encabeza Marta Ramas, que apuesta por la viticultura ecológica.
Los suelos sobre los que se asientan estos viñedos han sido calificados como “auroterroir” por la empresa californiana Biome Makers. Todavía con trazas de oro y metales pesados, por la presencia de la mina de oro más importante del Imperio Romano, tienen una selección única de levaduras y bacterias que lo convierten, por su biodiversidad, en uno de los terroirs más excepcionales del mundo.
Fuentes del Silencio, que forma parte de la Asociación Grandes Pagos de España desde 2019, busca mantener este patrimonio genético excepcional y estos viñedos centenarios así como promover el trabajo y la economía de una zona olvidada.