El proyecto se ha iniciado este invierno con la siembra de cuatro especies diferentes de plantas pertenecientes a las familias de las gramíneas y las leguminosas, entre las hileras y alrededor de las cepas en una superficie de media hectárea. El CREAF se encarga de realizar el muestreo y las analíticas necesarias para determinar la concentración de carbono del suelo antes y después de la siembra anual de los cultivos de cobertura, mientras que Jean Leon realiza las tareas agrícolas de la siembra y gestión del viñedo.
Según Jordi Sardans, investigador del CREAF y coordinador del estudio: “Utilizar el suelo de los viñedos como herramienta para acumular CO2 es una gran oportunidad para reducir la concentración de CO2 de la atmósfera. Además, esta solución no se limita solamente al cultivo de la vid, sino que es aplicable en cualquier tipo de cultivo y trae consigo un incremento de la calidad del suelo”.
Para Mireia Torres, directora de Jean Leon: “Más allá de la viticultura ecológica que llevamos a cabo en Jean Leon, en todas las bodegas de Familia Torres trabajamos para disminuir las emisiones de CO2 que generamos con nuestra actividad y también queremos contribuir a reducir las concentraciones de CO2 antropogénico de manera efectiva, secuestrando el carbono e introduciéndolo en estructuras estables del suelo”.
El estudio establece sinergias con el proyecto europeo Interreg Sudoe Coopereplace en el que participan Jean Leon y Familia Torres. Junto con la Universitat de Lleida, llevan a cabo ensayos de cultivos de cobertura y acolchados vegetales, así como ensayos de aplicación de productos alternativos al cobre con el objetivo global de fomentar la sostenibilidad y la biodiversidad.
Agricultura de carbono, clave para reducir los niveles de CO2 atmosférico
Diferentes estudios demuestran que los suelos de los cultivos pueden ser una herramienta para acumular CO2 atmosférico en el suelo en forma orgánica y así contribuir a ayudar a frenar el aumento de este gas y, consecuentemente, mitigar el cambio climático. Se estima que el carbono que está actualmente acumulado en suelos del planeta equivaldría a tres veces el carbono que hay acumulado en toda la vegetación del planeta y dos veces al que hay en la atmósfera.
La agricultura del carbono, o Carbon Farming en su acepción anglófona, tiene un papel muy prometedor en la reducción de los niveles de CO2 atmosférico. Incluye una serie de prácticas agrícolas que han demostrado científicamente su eficacia, no solo en cuanto al aumento de secuestro de carbono en los suelos y en las estructuras perennes de los cultivos, sino también en cuanto a la mejora de la biodiversidad, estructura del suelo, capacidad de retención de agua, etc.
Concretamente en el viñedo, las principales prácticas secuestradoras de carbono son la aplicación de enmiendas orgánicas, la utilización de cubiertas vegetales (espontáneas o sembradas) y la incorporación de resto de poda de invierno y de poda en verde.
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