Las expectativas generadas por la cata de cuatro vinos de Fondillón de Alicante embotellados exclusivamente para Vinoble se han visto ampliamente superadas. Los invitados a la degustación han podido dar fe de las extraordinarias cualidades de estos vinos, pertenecientes a las reservas familiares de MGWines.
Los más de sesenta periodistas, sumilleres y amantes del vino invitados a la exclusiva cata de cuatro añadas únicas de Fondillón de Alicante procedentes de las reservas históricas del grupo familiar MGWines, han quedado gratamente sorprendidos por las extraordinarias cualidades organolépticas y la riqueza histórica de estas joyas enológicas.
Tras la introducción realizada por el periodista y director de la prestigiosa Guía Metrópoli, Alberto Luchini, Luis Miñano San Valero, presidente de MGWines, dio comienzo a la cata presentando el proyecto de recuperación del Fondillón de Alicante de bodegas Monóvar a los asistentes, remarcando la enorme ilusión del Grupo MGWines por preservar este patrimonio enológico. “La familia Poveda hizo durante años un gran esfuerzo por proteger este vino único y ahora nos toca coger el relevo”, explicó Miñano.
Bajo la atenta mirada de Miñano, los asistentes a la cata, entre los que destacan presidentes y secretarios generales de las principales denominaciones de origen de vinos generosos de Andalucía, disfrutaron durante casi dos horas de las explicaciones de dos maestros de ceremonia de lujo: Raúl Pérez, enólogo que lidera el proyecto de las bodegas y vinos singulares del grupo MGWines, y Rafael Poveda, el mayor documentalista e historiador del Fondillón en el mundo.
Un vino de reyes e intelectuales
Como ya hicieran en sus respectivas épocas el mismísimo Zar de Rusia, Luis XIV, Alejandro Dumas, Azorín, Chopin o Casanova, los participantes de la cata degustaron los cuatro fondillones embotellados expresamente para Vinoble.
En primer lugar probaron un Fondillón del año 1944, con notas a frutos secos y maderas de caoba y ligeros toques de chocolate; al que siguió el de 1960, con su característico dulzor y un aroma muy interesante que los presentes calificaron como de “café recién molido”. Este dio paso al Fondillón de 1969, que mostraba el aspecto más salino y mineral de toda la bodega y una gran exuberancia y, por último, la cata acabó con el de 1975, el más seco de los cuatro vinos que se cataron y de una complejidad extraordinaria que dejó en la sala un magnífico sabor de boca.
Raúl Pérez guió a los asistentes a través de la enorme paleta de matices de estos vinos, los únicos generosos del mundo que no se fortifican y que solo pueden darse en Alicante, en años de otoños secos, para que las vides de más de 50 años de Monastrell puedan sobremadurar la uva en la propia cepa sin llegar a pasificarla. “En estas condiciones, las levaduras autóctonas son capaces de llevar la fermentación hasta los 16-18º, por eso no es necesario añadir alcohol como en otros vinos generosos”, explicó Pérez.
Por su parte, Rafael Poveda contextualizó históricamente este singular vino y explicó detalles de la elaboración que se han perpetuado a lo largo de los siglos hasta llegar a nuestros tiempos, entre los que llamó la atención de los asistentes el origen y la similitud de la palabra Fondillón con las tradicionales soleras del resto de vinos generosos.
Vinoble, el escenario perfecto
El grupo familiar MGWines ha elegido Vinoble, Salón Internacional de los Vinos Nobles, Generosos y Licorosos de Jerez de la Frontera (Cádiz) y el mayor evento mundial de promoción de vinos generosos, como el escenario en el que presentar su proyecto de recuperación del Fondillón. “Para nosotros ha sido todo un honor poder presentar en este marco incomparable la recuperación de este gran vino en el que hemos puesto tanta ilusión y pasión”, añadió Miñano.