La hacienda de El Grifo consta de 40 hectáreas y data de antes de 1775. De ellas, 32 hectáreas están plantadas de viñas y el resto son de lava volcánica sobre la cual se construyó la bodega y en la que se encuentran los chabocos, es decir, los agujeros que ocultan los antiguos viñedos de Moscatel. La familia Otamendi, actual propietaria, inició ya hace algunos años la reconversión del viñedo a cultivo ecológico. Alcanzarlo en su totalidad está cada vez más cerca, será en 2025, fecha que coincidirá con el 250 aniversario de la construcción de la bodega, la más antigua de las Islas Canarias y una de las diez de España.
Reconvertir el viñedo en ecológico significa que todas las prácticas como el abonado, los productos fitosanitarios contra las plagas de la viña y la erradicación de malas hierbas se ajustan a la legislación ecológica. También se acometerá la conversión de otras 20 hectáreas de viñedo familiar y ayudan a sus viticultores a sumarse a la reconversión. Les asesoran en los trámites burocráticos y han concertado con ellos un precio superior por su uva ecológica. De este modo, en 2025, El Grifo tendrá un cultivo completamente ecológico de 75 hectáreas.
Más acciones medioambientales
Se acometen otras acciones, por ejemplo, auditorías externas para conseguir certificaciones de buenas prácticas medioambientales, véase la Producción Integrada y la ISO 14001. La primera es un sistema de control de la producción agrícola y del uso de materiales y procesos de producción, elaboración y transformación, sometiéndolos a criterios medioambientales, técnicos y económicos, con especial atención a posibles contaminantes y a la seguridad alimentaria. Asegura la trazabilidad del vino en todas sus fases.
En relación a la ISO 14001, es la norma internacional de sistemas de gestión ambiental (SGA), que ayuda a identificar, priorizar y gestionar los riesgos ambientales, como parte de sus prácticas de negocio habituales. Trata de minimizar los posibles impactos ambientales de la bodega, y de verificar el cumplimiento de la normativa vigente.
Como la norma ISO 14001 requiere un compromiso con la mejora continua del SGA, el establecimiento de objetivos contribuye a un uso más eficiente de las materias primas y los residuos, ayudando así a reducir los costes.
Planta fotovoltaica y nuevo sistema de aerotermia
Además, se ha instalado una planta fotovoltaica para producir la energía eléctrica que se precisa a lo largo del año, excepto en tiempos de vendimia. También es nuevo el sistema de aerotermia que aprovecha la temperatura ambiental para convertirla en potencia térmica. Así, se puede calentar el agua hasta los 80ºC que se precisan para la desinfección de las instalaciones de embotellado.
Desde hace cinco años, una estación depuradora de las aguas utilizadas en la bodega permite devolverlas a la naturaleza y facilitar la actividad biológica de ciertas bacterias y microorganismos que eliminan todos los elementos biodegradables del agua utilizada.
Sin olvidar el proceso de digitalización para minimizar el uso de papel.
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