Dehesa de Luna Finca Reserva de Biodiversidad ha conseguido que todos los viñedos que forman Dehesa de Luna y la bodega obtengan la certificación para la producción de vinos ecológicos. El entorno natural donde se cultivan los viñedos y donde se encuentra la bodega requería este reconocimiento al esfuerzo por practicar una viticultura respetuosa con el medio donde se desarrolla.
Con esta certificación oficial, Dehesa de Luna Finca Reserva de Biodiversidad puede ya oficialmente elaborar vinos ecológicos en sus instalaciones a partir de sus propias uvas. Los primeros con la etiqueta de ecológico serán los que estarán en el mercado con la añada 2018.
Dehesa de Luna Finca de Biodiversidad cuenta con 3.000 hectáreas de terreno de las que casi 1.000 se dedican a la agricultura. Las 2.000 hectáreas restantes están formadas por masas de monte mediterráneo y parcelas reforestadas con especies autóctonas.
Finca Dehesa de Luna, Reserva de Biodiversidad, está ubicada en el Campo de Montiel y es un espacio natural de especial interés por la riqueza de su fauna y de su flora. Dentro de este espacio, Dehesa de Luna ha creado un viñedo único de 64 hectáreas. Desde 2001, el equipo de la bodega ha dedicado su esfuerzo y pasión en crear un viñedo único en España. En abril de 2012 se inauguró la bodega Dehesa de Luna. Las marcas que elabora son Dehesa de Luna Orígenes, Dehesa de Luna Rosé, Dehesa de Luna Garnacha Blanca, Dehesa de Luna Graciano, Dehesa de Luna Tempranillo, Dehesa de Luna Garnacha Tintorera, Purgapecados y Gran Luna.
Antes del viñedo, Dehesa de Luna obtuvo esta certificación para el resto de cultivos (cereales, olivar, almendro y pistacho), de esta forma toda la agricultura de la finca es ecológica.
Para José Luis Asenjo, director técnico de la bodega, este paso era necesario “para ser coherentes con nuestra filosofía de finca, donde la sostenibilidad y el respeto al medio son piezas fundamentales”.
Actualmente, Dehesa de Luna cuenta con 64 hectáreas de viñedo divididas en 4 parcelas: El Viñazo, La Mata de la Culebra, La Cañada del Navajo y La Noria de Luna. Estas dos últimas poseen “posiblemente uno de los viñedos tecnológicamente más avanzados” según confirma, José Ramón Lisarrague, consultor experto en viticultura, que ha creado un viñedo único, con una viticultura pensada para obtener de cada variedad lo mejor y paliar los efectos del cambio climático.
Con un clima continental e influencia mediterránea y a 850 metros de altitud, La Cañada del Navajo y La Noria de Luna cuentan con diferentes combinaciones de los siete sistemas diferentes de conducción de la viña – sprawl, semisprawl, sprawl vertical, eje vertical, espaldera, vaso y pérgola. Las ocho variedades que lo componen son Tempranillo, Graciano, Syrah, Cabernet Sauvignon, Viura, Viognier, Chardonnay y Garnacha Blanca – y se han diseñado en función del tipo de suelo, desnivel del terreno, variedad y objetivos enológicos.