Aprovechando el uso de la tecnología y la innovación, la bodega navarra Pagos de Araiz, perteneciente a Bodegas Masaveu, viene realizando una fuerte apuesta por la sostenibilidad con el desarrollo de varios proyectos de investigación dirigidos a respetar y mejorar el ecosistema que rodea las labores vitivinícolas.
En esta línea, Pagos de Araiz coordina el proyecto Oivina, que propone el desarrollo de un modelo predictivo para luchar contra el oídio, causado por el hongo Uncinula necator y que es una de las enfermedades más graves que produce importantes pérdidas de cosecha e impactos económicos. Los fungicidas químicos se aplican generalmente de forma sistemática sin tener en cuenta el nivel de riesgo real cuando muchas de las aplicaciones de estos productos son prescindibles, generan un gasto económico innecesario, se acumulan en suelos y filtran a acuíferos, dañando el medio ambiente e incluso la salud humana.
Modelo predictivo
Para hacer frente a esta situación, Oivina propone el desarrollo de un modelo predictivo para el oídio no sólo específicamente adaptado a las condiciones agroclimáticas particulares de Navarra, sino teniendo en cuenta por primera vez factores como los manejos de cultivo que se realizan en el viñedo.
De esta manera, el proyecto implementa y combina tecnologías de agricultura de precisión como los sistemas de información agroclimática basadas en sensores y tecnología que facilitan la recogida de datos de las parcelas a estudio para obtener información relevante. Además, incorpora el modelo desarrollado a una herramienta integral de monitorización de cultivos (DSS), de manera que el usuario final pueda disponer no solo de información acerca del riesgo de oídio sino también de otras enfermedades potenciales.
El proyecto Oivina está financiado por la Unión Europea y el Gobierno de Navarra que, a través del Departamento de Desarrollo rural y Medio Ambiente, organiza, del 3 al 14 de noviembre en el Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra, Baluarte, una exposición con paneles informativos de los proyectos piloto de la medida 16.2 del Plan de Desarrollo Rural de Navarra 2017-2021, entre los que se encuentra Oivina. Este proyecto se desarrolla en colaboración con la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra, Bodega Otazu Sau y Bodega Cirbonera Sociedad Cooperativa.
Efectos del cambio climático en el viñedo
En la actualidad, Pagos de Araiz posee 32 hectáreas de viñedo acorde a los criterios de Agricultura Ecológica y 210 conforme a los criterios de Producción Integrada con el objetivo de transformarlas en ecológico en un futuro a medio plazo. Además del proyecto Oivina, la bodega viene desarrollando otras acciones acordes con la estrategia de sostenibilidad común a todo el grupo vitivinícola Masaveu Bodegas.
En colaboración con la Universidad de Navarra, Pagos de Araiz empezó a desarrollar en 2020 un proyecto de I+D para estudiar los efectos en el cambio climático en el viñedo. De esta manera, viene trabajando en la aplicación integrada de nuevas técnicas vitícolas y enológicas para conseguir un mayor equilibrio en la uva entre los compuestos propios de la maduración fisiológica y los de la maduración fenólica, ya que el desacoplamiento entre estos compuestos es uno de los efectos negativos más importantes que en la viticultura causa el cambio climático.
Este proyecto determina una serie de acciones para hacer frente al cambio climático como, por ejemplo, medidas enológicas para la corrección de la acidez, técnicas microbiológicas para reducir el grado alcohólico, medidas de adaptación sobre viñedos ya establecidos o medidas culturales para retrasar la maduración de la pulpa.
Reforestación, plantación de setos y arbustos y control del agua
Otras de las medidas adoptadas para la mejora de la sostenibilidad en la finca tienen que ver con la reforestación y la plantación de pinos en zonas desniveladas de la finca para evitar la erosión del suelo y aumentar la masa vegetal y forestal con la consiguiente reducción de la huella de carbono. También se han plantado setos y arbustos para permitir, por ejemplo, la proliferación de insectos polinizadores y depredadores, reducción del uso de pesticidas y herbicidas. En lo que respecta al control y el uso del agua, la bodega prioriza la optimización del agua del riego realizando un seguimiento a través de sondas de humedad.
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